jueves, 6 de septiembre de 2012

EL AGRADECIDO


*El siguiente texto es de autoría de Bruno Maduro Rodríguez .


De las historias casi inverosímiles que trae el libro perdido de los indígenas Túpac en el Amazonas meridional, se encuentra ésta anécdota que encontré ya casi arrugada por el tiempo. El libro, como todos sabemos, es muy popular entre los monjes agustinianos que decidieron llevarlo de la jungla oral al texto, la eternidad de la escritura. Dos son las anécdotas que el viejo fraile Simón de Esmeral me contó antes de internarse nuevamente en la selva y no volver más. Cuento la historia sin muchos detalles, por eso llega a parecerse a la fábula de La Fontaine. 

Los indígenas Túpac cultivaban el maíz  y habían  domesticado el pavo del Amazonas. Una vez uno de los animales más temidos por estos avicultores precolombinos, el zorro chucho, que en Sevilla  (Magdalena) simplemente le llamamos el chucho, se le presentó al pavo macho cuyas plumas de colores reemplazaban el arco iris en el ambiente de la selva tropical. En un diálogo entre animales, esa comunicación que no logran entender los hombres, el chucho propuso un pacto al pavo de cola real y extremada.

- ¿Por qué no somos, de ahora en adelante, amigos? Pactemos de tal manera que cerremos la brecha que el hombre  color tierra ha puesto entre nosotros como enemigos.


El pavo desde lo alto de un pajar le dijo al chucho:

-  No puedo llegar a ningún acuerdo contigo porque tú eres de otro material. Yo pertenezco al mundo de los  que se comen y tú a la tribu de los que comen. No puede haber entre nosotros sino distancia.

El chucho volvió a enfatizarle.

-¡Qué mentira ha hecho el hombre con tus funciones psíquicas! Te han adiestrado para que me odies cuando la naturaleza nos hizo pasivos e iguales. Mira, sólo hay una verdad: tú y yo. Deja a un lado esos prejuicios humanos y date por consiguiente, sigue tu propio precepto, tu propia ley de animal. ¡Aude sapere!

El pavo se sintió dolido y esclavizado por los hombres y exclamó:

 -¿ Qué me garantizas?

Y el chucho contestó:

- Mi amistad plena y segura como nunca en el universo  y la historia ha sucedido entre dos géneros. 

El pavo lo pensó y dijo:

-Acepto, pero dame muestras de tu sinceridad.


Así fue. El chucho llegó por varios días al pajar en donde estaba la manada de pavos amazónicos domesticados. La confianza se  apoderó de esos dos grandes ejemplares  de la finca salvaje. El pavo escondía al chucho cuando los cazadores indígenas querían atraparlo para matarlo. Lo metía en el gallinero para que arrastrara a sus rivales los gallos, lo sacaba para que los perros tuvieran miedo; esa alianza perpetua no tuvo igual. 

Cuentan que un día hubo una hambruna universal, tan grande que los indígenas tuvieron que echar mano de su trabajo agropecuario. Los pumas y las panteras estaban famélicos y pálidos. Cuando los cultivadores fueron a hacer el inventario de pavos, sólo encontraron los nidos vacíos y el único rastro que había era el excremento de las aves. No hubo muchos murmullos por parte de los tristes Túpacs.

La conclusión fue certera: los pavos encontraron la forma de huir y de volverse libres y renunciar al acto de la domesticación humana. Por un lado, la tristeza, pero por otro, el sentimiento de libre albedrío en franca recuperación alentaba el ánimo de los indios. No se habló más del asunto…

Pasados dos meses, cuando la hambruna arreció, llegaron los comentarios al caserío Túpac:

Qué raro que entre tanta hambre, un zorro chucho esté gordo y todas las tardes salga con plumas de pavo real en su boca. Varios pastores lo han visto cruzar los caminos y, por su amabilidad y comportamiento casi de  perro pequeño y domado,todos  en la aldea lo saludan y lo soban con gratitud.


 Hoy los pastores que antes lo perseguían, le llaman el agradecido, porque cuando se le da algo menea la cola. Los indios han empezado a odiar a los pavos porque no son como el zorro ya que esos animales en tiempos difíciles han abandonado la aldea. El chucho en estas  comarcas se está volviendo héroe y se habla de hacer un prototipo escolar...entre los animales el chucho tiene fama y ahora hasta  los pumas le huyen cuando él tiene la palabra.. y cuando dos chuchos se miran, prefieren quedarse callados para proteger la especie...




  











































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