*El siguiente texto, es la segunda parte del ensayo literario "convivir para contarla", de autoría de Bruno Maduro Rodríguez.
2. COMPRENDER AL OTRO
The Tree Sphinxes of Bikini/ Salvador Dalí |
¿Nos entendemos entre sí? ¿Somos capaces de llegar a un acuerdo satisfactorio? El arte de comprender al otro es la base de la convivencia humana. Comprensión es, en primera instancia, ponerse de acuerdo, no sólo en el lenguaje sino en los gestos, los ademanes, la intención y, sobre todo, en el deseo de cada uno. El objetivo de un acuerdo es la puesta en marcha de puntos de vista que han sido desiguales. La vida natural de la convivencia humana necesita de este arte inverosímil pero muy vital. Alguien lanza una opinión, el otro está en el derecho de no aceptarla; pero, antes de remitir su juicio de negación, debe escuchar en su totalidad el argumento del hablante primitivo. Atender con oídos y corazón, es el primer y más sano derecho que tiene una persona que ha dado a conocer su punto de vista.
El primer ámbito del acuerdo debe ser un diálogo. En el diálogo no hay reglas concisas pero sí intuiciones textuales específicas como el esfuerzo de cada hablante para escuchar y dejarse persuadir por los argumentos del otro. En el diálogo no basta con escuchar; hay que estar dispuesto a cambiar de opinión, de postura, de juicios y prejuicios. El diálogo reedifica la conciencia. No se puede dialogar con posturas prefabricadas. Cuando esto se da, el diálogo se convierte en dos monólogos autónomos con oyentes pero sin dialogantes. Tenemos que estar dispuestos a variar nuestros planteamientos, a ceder ante el otro y construir, en el ámbito conversacional, una nueva dinámica: el espectáculo de la razón verbal, argumentos, preguntas, respuestas, objeciones y, sobre todo, aceptación de mi error. El otro viene a convertirse desde este territorio como un espejo de mis pensamientos y, más aún, un espejo que refleja mis desaciertos y, entre ellos, los que hacen daño al género.
La Doxa del otro se ha traducido como opinión, pero en el idioma original griego es, más o menos, esplendor, espectáculo, glorificación. Con este nombre se le da alabanza a Dios, entonces Doxa no es solamente simple punto de vista, Doxa es la espectacular opinión del otro. Cuando dos opiniones se encuentran en una conversación, dos personas altamente racionales deben tener en cuenta que este choque no es más que una estimulación recíproca en donde las dos ideas se han encontrado. La Doxa deja de ser un dogmático punto de vista y pasa a convertirse en un proceso de comprensión. La verdadera comprensión se puede definir entonces como una buena conversación en donde las opiniones pasan a ser ambas un espectáculo común.
En la conversación cada persona lleva en sí un mínimo de cada uno de los demás. La conversación es el punto principal para llegar a un acuerdo y el acuerdo el principio de convivencia con el otro. Todos queremos ser personas normales, pero la normalidad tiene un costo social, comprender es soportar la normalidad del otro (muchas veces su anormalidad). , su presencia, su intimidad que de alguna manera me hiere pero me da la idea de que esa carga es común. La conversación como canal disminuye ese yugo pero no lo elimina. Aprender a soportarnos comienza necesariamente por la primeras de las lecciones: saber hablar y antes de ese arte otro no menos difícil: saber escuchar: este eterno retorno es el que nos dice que estamos en el aprendizaje para ser hombres, o mejor para dejar de ser bestias, esas que basan su andar en la competencia por la supervivencia, usando la aniquilación del otro y repitiendo el mito del canibalismo cotidiano: aprender hablar es el comienzo para dejar de matarnos.